Viernes, 03 Mayo 2024 14:07

PERSPECTIVAS DE LA GESTIÓN DEL RIESGO POR PELIGRO SÍSMICO

PERSPECTIVAS DE LA GESTIÓN DEL RIESGO POR PELIGRO SÍSMICO
   
|||| |||| ||||
Sismo de magnitud 4.8 sacudió Abancay, Apurímac
 
El 1 de mayo de 2024, a las 21:16:09 horas, la región de Apurímac experimentó un sismo de magnitud 4.8, con epicentro en la localidad de Curahuasi, a una profundidad registrada de 18 km. Este evento sísmico, considerado superficial en términos geológicos, podría estar asociado a la actividad de la falla geológica regional conocida como la falla Abancay-Curahuasi, identificada previamente por el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (INGEMMET).
 
La caracterización de la sismicidad en esta región revela una historia sísmica notable, marcada por eventos ocurridos en 1963, así como el sismo registrado el 29 de marzo de 2022, que evidencian la recurrencia de la actividad sísmica en Abancay y sus alrededores; además del gran sismo del Cusco ocurrido en los años 1650 y 1950.
 
La evaluación de la magnitud e intensidad del sismo reciente indica una intensidad IV en la escala de Mercalli, sugiriendo vibraciones perceptibles en ventanas y puertas, así como una afectación moderada en estructuras. Este análisis destaca la necesidad de considerar no solo la magnitud del evento, sino también su impacto directo en la comunidad y las infraestructuras locales.
 
El contexto geológico de la región, enmarcado en la Zona 2 de zonificación sísmica del Perú, implica 0.25 de probabilidad significativa de actividad sísmica. En este sentido, la identificación de la falla Abancay-Curahuasi como una fuente potencial de sismicidad subraya la importancia de la preparación y prevención ante futuros eventos. La gestión del riesgo de desastres sísmicos requiere un enfoque integral que abarque tanto medidas estructurales, como la construcción segura, así como medidas no estructurales. Es fundamental promover la educación y la conciencia pública sobre la preparación y respuesta ante desastres. Además, la planificación del uso del suelo y la implementación de prácticas constructivas seguras son pasos esenciales para mitigar la vulnerabilidad frente a eventos sísmicos futuros de mayor intensidad.
 
Concluyo destacando que el sismo de magnitud 4.8 en Abancay sirve como un recordatorio de la constante amenaza sísmica que enfrenta la región de Apurímac. Mediante un enfoque proactivo y colaborativo en la gestión del riesgo sísmico, es posible reducir el impacto de futuros eventos y proteger a las comunidades locales de los efectos devastadores de los sismos.
 
Escribe: MSc Ing. Carlos Mendoza Contreras
Responsable de la Unidad de Gestión de Riesgos y Cambio Climático de la UNAMBA
Correo: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.